ENTREVISTA diario abc
Día 08/04/2012
Víctor Pablo Pérez
Director de orquesta
El músico burgalés, titular de la Sinfónica de Galicia, se pone al frente de la de la agrupación de Castilla y León este jueves y viernes en Valladolid
—Me
produce una enorme tristeza, porque si en España recortamos en cultura
estaremos lanzando un torpedo a la línea de flotación de nuestra imagen.
Nos ha costado mucho homologar nuestra imagen cultural con el resto de
Europa. Esto supondrá un regreso a África. Es un reto que debemos todos
considerar y espero que no se generalice en las otras orquestas
españolas.
—En ese esfuerzo que hay que hacer, ¿los músicos y directores están dispuesto a hacerlo?
—Se
viene haciendo ya hace tres años, no sólo en los salarios de los
músicos como en los cachés de solistas y directores. Se ha hecho una
importantísima reducción para asumir la actual situación. Pero no se
puede seguir pagando auténticas fortunas por ídolos mediáticos y, sin
embargo, negar el pan y la sal a los habituales de la música.
—¿No
ha sufrido la música en España una burbuja con nuevos auditorios,
algunos ahora vacíos, y con una chequera pública muy generosa para traer
figuras?
—Por
un lado, el país tenía una enorme sed de nuevas infraestructuras
culturales, pues desde el plan del siglo XIX con los teatros a la
italiana no se había renovado esa red. España se lanzó a esa renovación
que ha sido la envidia de Europa. De hecho, no todos los auditorios son
faraónicos. Es cierto que en algunos casos los costes se dispararon,
pero dependió de la falta de control político y económico y no de las
voluntades de los músicos. Sin duda alguna, debería haber habido mejores
controles. Además, había un gran déficit de orquestas, y ya tenemos
algo más de una treintena de orquestas. Pero seguimos por debajo de la
media europea. También es cierto que se ha importado todo lo posible del
extranjero y a cualquier precio y eso sí ha creado una burbuja. Hubiera
sido más rentable, culturalmente, invertir en nuestras orquestas.
—Una crisis permanente es la renovación del público de la música clásica. ¿Qué se puede hacer?
—Hay
muchos caminos. No sólo se trata de hacer ciclos diferentes, con
presentaciones distintas, con duraciones y protocolos variados. Por
ejemplo, en la Sinfónica de Galicia tenemos dos orquestas de niños, una
orquesta de jóvenes y tres coros, todos aficionados. Todo esto moviliza
una masa social muy importante con las familias, amigos, colegas que
viven la música de un modo más directo. Hay que implicar a la sociedad.
—Solemos
apuntar a los programadores y directores de cierto conservadurismo para
programar música contemporánea, pero, ¿no cree que el público también
es conservador?
—Creo
que la clave está en el equilibrio. Es peligroso que el público huya o
que se haga más conservador. La clave es combinar lo que se demanda e ir
abriendo camino poco a poco.
—Usted es un director referente dentro y fuera de España. ¿Cuáles fueron sus directores o escuelas de dirección que marcaron?
—Ahora
el acceso a las referencias es infinito a cuando empecé. Tuve la
oportunidad de estudiar en Madrid y luego en Múnich, donde tenía unos
referentes muy interesante como Rafael Kubelik, Wolfgang Sawallisch,
Sergiu Celibidache y Nikolaus Harnoncourt. Sus ensayos me marcaron mucho
para un tipo de repertorio, como el que voy a hacer en Valladolid con
Bruckner. Todos ellos me enriquecieron mucho por los contrastes entre
ellos.
—Tras
años en los que las orquestas españoles se nutrieron de músicos de
fuera. ¿Hay ya una generación de músicos jóvenes con oportunidades para
trabajar aquí?
—Hace
años había la necesidad de importar músicos, pero tras casi tres
décadas con nuestras orquestas se empiezan a ver un resultado de músicos
magníficamente formados, que, inexorablemente, están entrando en
nuestras orquestas. No obstante, no hay que olvidar que este es un mundo
exigente y para ser oboe en una orquesta hay que trabajar y estudiar
mucho y muchos se quedan por el camino.
—¿Qué opinión le merece la Orquesta Sinfónica de Castilla y León?
—Su
reconocimiento es lógico, pues es fruto de cómo se ha gestionado,cómo
ha programado los conciertos y ha trabajado con solistas y directores de
gran calidad, lo que les ha permitido madurar. Además, es determinante
que tenga una sala propia y con muy buena acústica.
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